LA MUERTE

¿Cuántas personas en el mundo han muerto? ¿Cuántas esperaban su muerte con tranquilidad o cuántos sólo murieron sin darse cuenta? ¿Cuántas aún viviendo piensan que la vida no vale nada? ¿Cuántas lloran al ver el cielo gris, pero también al verlo azul? ¿Cuántas lloran a los muertos en vez de celebrar la vida?

Miles, o millones, muchas, o pocas, no sé, ni me importa, al fin y al cabo ni siquiera mi propia muerte me importa. Sé que algún día moriré, sé que nadie vendrá conmigo y por eso no le tengo miedo a la soledad.

La he visto venir y después partir, con el rabo entre las piernas, asustada y afligida, porque yo…jajaja, yo no le temo. Es un ser, no se puede decir que sea hombre o mujer, simplemente es, existe y viene por mí. Sí, cada día viene y se va. La he aprendido a conocer tan bien que sé de sus sentimientos, porque aunque no lo crean, sí, la muerte siente, y siente pesar de no poder con alguien que no le teme. Y por más que se me acerque nunca me alcanza. Y yo simplemente la miro y me río en su cara al verla llorar.

Cada día cuando me levanto y veo que el cielo es azul, me doy cuenta que la muerte aún sigue dormida. Es perezosa, no se apura, no tiene afán, no tiene hambre, lo único que la muerte quiere es suplir su necesidad, su vil y morbosa necesidad, de ver el sufrimiento en todo el que la busca en su lecho, pues cualquiera puede ser el lecho de la muerte, y donde sea que esté aquel que quiera vivir y tema morir, ahí también es el lecho de la muerte.

Pero y ¿por qué la muerte me ha buscado a mí si yo no le temo? Fácil: siempre he sido su mayor deseo, siempre me busca, y me encuentra, pero nunca me obtiene. La muerte quiere saber lo que es la felicidad, pero yo sé que nunca será feliz, porque la felicidad está viva, y ella tampoco le teme. Sólo el día que la felicidad muera, la muerte será feliz.

La felicidad es mi amiga, como también lo es el deseo, la razón me quiere pero no me soporta. Todos creen que siempre estoy solo pero me acompaña la locura que es invisible. Y la muerte…la muerte no tiene amigos, pero tiene muchos cómplices, por eso no me fío de ella.

No soy muy fuerte, pero finjo serlo y me funciona, al punto que he logrado alejar a la muerte por décadas. No me quejo ni me aflijo, sólo vivo. Pero me debilito cada vez que escucho rumores de que nadie cree en mí. Quizá algún día la muerte me coja dormido y quienes han perdido la fe en mí sufrirán porque para encontrar la felicidad primero me tienen que encontrar a mí. Y entonces si yo muero, seguidamente la felicidad también morirá y la muerte será feliz.

Yo todavía existo, yo soy EL AMOR.

Comentarios

Mylo ha dicho que…
"Solo el dia en que la felicidad muera, la muerte sera feliz" Palabras un poco divertidas vieniendo de uno de los mas "hipocritas" de todos los sentimientos... Yo lo respeto, encierto modo admiro a esa declaracion de guerra... pero es que a veces esa jodida sombra (Enemigo intimo)es tan extraña... no se si decir si esta entrada me gusta mucho... o me gusta mas que eso, deberias pasarte por mi blog y mirar algunas de las cosillas que he publicado (No son muchas la verdad... apenas me estoy metiendo al mundo del blog)
:D :D

Y ya que mencione el mundo del blog... mira lo que dice el hombre pequeño en esta curiosa entrada. ;)Cuando tengas tiempo seria bueno que se lo sacaras a esta en especial de una de las personas por las que siento algo de respeto: http://deepinsidewords.wordpress.com/2010/07/14/esa-noche/

sin mas ni menos espero a una proxima publicacion ;)