Lecciones aprendidas en Europa, parte 1 (la llegada)

Se acerca el límite de 10 meses y debo listar las cosas que he aprendido viviendo en este continente que está tan lejos de mi hogar en Colombia tanto en distancia como en costumbres y hábitos.

10 meses y dos países como hogar, muchas ciudades conocidas aunque sea de vista y para mi sorpresa muchísimas personas, a quienes por suerte les he caído bastante bien.

Lo cierto es que el viaje comenzó el 28 de agosto de 2014 (un mes después de mi cumpleaños 24), desde el momento en que me despedí de mis amados padres y abuela en el aeropuerto de Medellín. Con el ojo aguado me subí al avión hacia Bogotá, donde tomaría el siguiente directo a Madrid. Allí también sentí nostalgia al despedirme (tal vez por muchísimo tiempo) de algunos amigos con quienes tuve el gusto de trabajar mientras hice mi pasantía en la misma aerolínea con la que iba a viajar.

Durante el viaje, aprovechando que trabajé en la compañía, comencé a moverme como de costumbre dentro del avión. Me hice amiga de las auxiliares, quienes muy amablemente me ofrecían galletitas y champán. Y paso a paso fui llegando hasta la cabina del A330 en el que viajaba! Fue una experiencia maravillosa. Los pilotos me invitaron a viajar en la cabina por un par de horas, mientras conversábamos de mis razones para partir a Europa y de sus experiencias volando. En la cabina, en realidad no vi mucho, vuelo crucero es bastante sencillo y lo que hicimos todo el tiempo fue tomar champán (solo yo obviamente) y conversar...bueno, yo terminé vomitando en el baño de primera clase (qué vergüenza) y sin poder desayunar ni siquiera una fruta que me ofrecieron mis amigas auxiliares (que ya ni me acuerdo de sus nombres, jajajajaa). Para cuando llegamos a Madrid (el 29 de agosto a las 8 am), mi mareito ya había pasado, pero lastimosamente, debido a un retraso, perdí mi conexión a Bruselas y tuve que esperar unas cuantas horas en el aeropuerto.

Al llegar a la nueva conexión, debía pasar por el escáner para entrar a la sala de espera. Resulta que como típica colombiana, le compré en la sala de embarque de Bogotá una botellita de aguardiente antioqueño a un amigo y la llevaba en mi equipaje de mano. Pues bueno, estas leyes de hoy en día que no permiten llevar más de 100ml (o lo que sea) de líquido en la maleta de mano me ha obligado a botar la botella de guaro en pleno aeropuerto de Madrid! Bastante triste esa escena.

El guaro que perdí!!!

Lección número 1: puede que alguien te ayude, pero no.

Mi primer aterrizaje fue en Bruselas, Bélgica, donde me di cuenta en cuanto llegué que tengo que hacer todo por mi cuenta, porque primero: no te entienden no importa el idioma en el que hables (a menos que hables francés-bien o flamenco-holandés-neerlandés) y segundo: la gente no es de ayudarte a cargar una de tus hiper-pesadas maletas por más encartada que te vean.

Así que bueno, afortunadamente he venido acompañada por otro colombiano que está haciendo el mismo Master que yo (y que hoy en día no sé mucho de él) y si no fuera por él, segurísimo me hubiera quedado atrapada en el estación donde tuvimos que cambiar de tren (o simplemente no hubiera cambiado), o no hubiera encontrado el bus para ir a la residencia de Sart Tilman en Lieja.

Sin embargo no todo fue gracias a la ayuda de él, pues en cuanto encontramos el tan anhelado bus 48 que va a la montaña para dejarnos en las entrañas de la universidad, a dos cuadras de la residencia donde pasaríamos nuestros próximos dos meses, nos dimos cuenta que no teníamos ni idea de dónde nos teníamos que bajar, qué situación tan embarazosa. Teníamos los contactos de los otros estudiantes que ya habían llegado y habían tenido tiempo de ubicarse en la ciudad, pero recién llegados de las Colombias, estas pequeñas almas solitarias no compraron una sim card para avisar que habían llegado. "Marica, qué hacemos?" le dije - "parce, yo le voy a preguntar al chófer, tenga ahí las maletas".

Desde mi posición no alcanzaba a escuchar mucho de la conversación, que además era en francés (el cual no hablaba por entonces) pero lo que sí me di cuenta es que el chófer estaba más perdido que nosotros y no tenía ni idea de donde quedaba la residencia estudiantil. Una situación incómoda fue cuando se detuvo en la siguiente parada para conversar con un asistente a ver si alguno de los dos daba con la residencia que quedaba en la parada de "home d'etudiants", que significa sencillamente "casa de estudiantes"!!!: por favor señor chófer, aprenda a reconocer sus propias paradas.

Lección número 2: en otros idiomas los nombres no son lo que parecen.

Luego de quedarnos pensativos esperando que algún milagro ocurriera, mirando hacia afuera unos paísajes espectaculares pero que no nos daban pistas. "Voilá"!!! (vualá en español) el milagro ocurrió. Miré a mi alrededor y un par de jóvenes me miraban: "qué pena, qué pensarán de uno por acá todo embolatado", cuando uno me dice en inglés: "eres Sara?" - "...coño, y este cómo sabe..." pensé - "eh? si, hola, quién eres?" - "hola! somos del master, te reconocimos por la foto del whatsapp" - "uffff nos han salvado, no tenemos ni idea de dónde estamos" - "tranquilos, nosotros los llevamos" - "y cómo se llaman ustedes?" les pregunté - "yo me llamo selchuc (así se pronuncia como si fuera en español)" inmediatamente al escuchar su nombre mi mente se puso en blanco y yo no sabía quién de todos los del grupo era él, luego el otro dice: "yo me llamo joriiigo (como si fuera en español también)". Mi mente seguía bloqueada y les pregunté de nuevo porque evidentemente por mi cara de asombro, no había cogido sus nombres. Cuando repitieron, yo dije: "Ahhhhhhhh Selcuk!!! Rodrigo!!!!!!"

Moraleja: cuando conoces a alguien por chat, puedes reconocerlo de vista si su imagen es lo suficientemente "real", pero si quieres repetir su nombre, recuerda que en otros idiomas lo que se escribe no es lo mismo que lo que se lee.

Llegamos a la residencia en horas de la tarde, después de un largo viaje, sin dormir bien y con muchas expectativas de empezar esta vida de ires y venires, de conocer y aprender.


Comentarios

Daniel Becerra ha dicho que…
Esto es mejor que un capitulo nuevo de Game Of Thrones.
Espero con hambre atrasada la segunda parte,sarilla.

y si, que pelotas no haber comprado una sim card en un país nuevo! jajajajajajaja!

Te quiero.