Lecciones aprendidas en Europa, parte 10 (El saludo y la vivienda)

Hoy voy a hablar de un par de temas que me han atormentado desde que llegué a Europa: cómo saludar a la gente y conseguir un buen lugar para vivir.

Como digo es un tema repitente y perseguidor porque resulta que en cada país es diferente debido a la gran variedad de culturas y mezclas que existen. Por ejemplo, al llegar a Bélgica me alegró en cierta manera que la gente se saluda de beso en la mejilla, tal como nosotros en Colombia, sin embargo también los hombres se saludan de beso. Si, los machistas somos nosotros, que nos da fastidio cuando dos hombres se saludan de beso, pero en muchas culturas alrededor del mundo es completamente normal.

En Francia, que fue el segundo país en el que viví, el saludo depende completamente de la región, del tipo de persona y de las ganas de dar besos prácticamente. El saludo normal son dos besos (también hombre con hombre, mujer con mujer y del mismo modo en el sentido contrario), sin embargo, si es una situación especial, si la persona lo desea o si simplemente es de otra cultura, son 4 besos (4 besos!!! es que mientras saludas se te acaba el tiempo de visita!).

Cuando llegué a Alemania fue un poco estresante el cambio, pues si, tal como se lo imaginan, los alemanes son más fríos y con eso no quiero decir que no sean buenas personas, simplemente el contacto físico no es muy normal si no hay la confianza. El día de mi cumpleaños por ejemplo (creo que esto ya lo escribí antes), cuando llegué a mi oficina y se enteraron que era mi cumpleaños, la felicitación de casi todos fue dándome la mano (en el momento en que yo más quería que me abrazaran), entonces les tuve que decir que me abrazaran por favor, fue bastante incómodo, si. A medida que fue pasando el tiempo y cogiendo confianza con los más cercanos, me di cuenta que si saludan de abrazo.

Luego me fui a España y otra vez el choque de saludar de doble beso a todo el mundo (pero allá no es hombre con hombre, sino más bien como Colombia pero con dos besos). Los españoles son tal como nosotros (excepto por el acento) en cuanto al contacto físico y relaciones interpersonales. Al final me acostumbré más a eso y me quedó gustando.

Ahora hablando de la vivienda, ese sí que es un tema difícil en Europa. Si vas a una ciudad por menos de un año, necesitas buscar un lugar para vivir diferente a un hotel (porque te saldría muy caro), sin embargo, para rentar un apartamento o estudio es necesario hacer contratos de al menos un año (a veces tres). Sin embargo, para estar en Europa más de 3 meses, ya se considera como período de larga estancia, por lo que se necesita un permiso de residencia según las actividades que vas a realizar en dicha ciudad. Entonces por un lado ya no eres turista, pero por el otro lo sigues siendo. La mejor solución son las residencias universitarias.

En Lieja (Bélgica), al ser mi primer lugar al llegar a Europa, no me importó vivir en la residencia que quedaba dentro del campus universitario pero a las afueras de la ciudad. Tampoco me importó compartir cocina y baño. Y tampoco me importó que fuera un búnker. La primera impresión es importante, pero como no tenía bases para comparar, para mí estaba muy bien. Hasta que me fui a Francia.

Allí renté un estudio en una residencia también (de las privadas porque las de la universidad ya estaban todas ocupadas). Al llegar el cambio fue abismal: 20m2 para mí sola, con mi propia cocina y baño, limpia y organizada, y no tan lejos de la ciudad (aunque aún era un poco lejos). Ahí por fin sentí que era una persona independiente, sentía que estaba en mi lugar. Pero sólo fue por unos meses.

Cuando me fui a Alemania, inicialmente buscar un lugar para vivir desde el extranjero es muy difícil. Todo lo tienes que hacer por internet, por lo tanto hay una gran probabilidad de que intenten timarte. Un par de veces me ofrecieron unos lugares para vivir muy bien ubicados y a excelentes precios, con la condición de hacer un giro por Western Union (porque según ellos era más seguro) y ya con eso me enviaban una "copia" de la llave, porque casualmente la fecha de mi mudanza esas personas no iban a estar en el lugar. Simplemente me di cuenta de que eran ofertas engañosas porque no es normal que te pidan dinero antes de ir (a menos que sea una empresa seria de alquiler) y menos que no sea transferencia bancaria. Finalmente encontré una habitación libre a 6km del lugar donde trabajaba con una chica alemana que al principio me parecía bastante buena gente a un precio más o menos razonable. Para eso tuve que hacer una llamada de skype y simplemente con eso los dueños se dieron cuenta que yo no los pensaba timar, ni ellos a mí.

Luego de 4 meses tuve que mudarme a Rostock, donde conseguí habitación en la residencia universitaria y afortunadamente sólo tuve que compartir cocina y baño con mi compañera de máster, que ya conocía desde el primer semestre, así que no me pareció tan trágico. Además, por ser una ciudad de Alemania del este (aunque no lo crean, todavía se nota bastante la diferencia), los precios de todo en general son mucho más bajos, por lo que pude ahorrar lo suficiente para vivir los meses siguientes al final de la maestría.

Luego en España no tuve que preocuparme de gran cosa, porque me fui a casa de Álvaro, con sus papás. Fueron unos meses muy tranquilos económicamente y además tenía la seguridad de estar en un lugar donde me querían.

Ahora que estoy de nuevo en Bélgica, tuve que buscar un poco para encontrar algo que me gustara lo suficiente y que no fuera demasiado caro. Un par de días y unas 6 visitas fueron suficientes para enamorarme de un estudio (al cual aún no me he mudado por problemas de la anterior locataria). El contrato lo tuve que hacer por 3 años y con mi papá como garante (me aceptaron todos los documentos en español y en peso colombiano, es increíble, con tal de tener a quien cobrarle en caso de yo no pagar). Tuve que pagar una fianza equivalente a dos meses de renta más el primer mes (o sea muchísima plata, que tuvo que pagar mi papá porque yo no tengo nada), además tendré que pagar la electricidad, internet y seguro de habitación por mi cuenta (lo cual es normal acá) y también comprar mis propios muebles (por fin!!!).

Ahora, por un buen tiempo estaré más tranquila y me sentiré como en casa, con mis cosas propias, en mi nidito!

Comentarios