Hace poco tiempo tuve la posibilidad de ir a Nueva York. Es algo muy extraño, porque yo nunca soñé ni me imaginé ir a esa ciudad. Tengo muchas ciudades en la lista, pero esta nunca la incluí. Por qué? Porque no me llamaba la atención; en general los Estados Unidos me repelen un poco, pero no sé explicarlo claramente. En todo caso, pude ir y fue por pura suerte.
Brooklyn bridge en familia
Hace exactamente un año, mi amiga Dounia me invitó a un evento que se llama "travel dinner". Lo organizan 3 belgas que estuvieron dando la vuelta al mundo y quieren conocer más gente que tenga el mismo interés o que haya visitado ya algunos lugares exóticos. La idea de la cena es compartir con otras personas acerca de las experiencias propias dependiendo de los intereses comunes. Cada plato tiene una mesa con un tema, por lo tanto a cada persona se le hace rotar 3 veces (entrada, comida y postre) para que comparta con otras personas.
A parte de la cena, también organizaron un concurso de fotografía. Cada persona debía votar por 3 fotos que le gustaran. A las fotos ganadoras les dieron muchos premios (cámaras o accesorios). Adicionalmente, las personas que votaron, dieron su nombre para una tómbola en la que el premio principal eran los pasajes a Nueva York para dos personas, en cualquier época, a redimir durante el siguiente año. No, no sacaron mi nombre. Sacaron el nombre de mi amiga, y ella lo quiso compartir conmigo.
Times Square con el conejo
Cuando los fuimos a redimir, nos dimos cuenta que en realidad era un presupuesto para pasajes, por lo tanto si nos pasábamos de él, tendríamos que completarlo nosotras mismas. Entonces encontramos los pasajes más baratos para la última semana de noviembre. Fue totalmente aleatorio, ni siquiera sabíamos que el famoso "thanksgiving day" es por esa época. Ya con pasajes en mano, le escribí a mi prima Brenda que nació allí para ver si podría hospedarnos. Ahora sólo quedaba viajar!
Fuimos a un partido de los Knicks!
Cuando les conté a mis papás que iba a Nueva York, no se me pasó por la cabeza decirles que vinieran, pues era un viaje que queríamos organizar mi amiga y yo. Pero unos meses antes del viaje, decidí proponerles a ver si querían ir, pues sería la única manera de vernos en el 2018 porque yo no podría ir a Colombia esta vez. Luego de dudarlo bastante (pues ellos tampoco habían estado interesados en Nueva York), aceptaron. Ahora era un paseo familiar.
Yo siempre tuve clarísimo que fue gracias a Dounia que pude ir a Nueva York, pero sobre todo ver a mis papás. Sin embargo, hubo una barrera idiomática todo el tiempo entre ella y mis padres, aunque intentaramos hablar inglés. Eso no fue gran problema, porque lo pasamos genial y disfrutamos de muchas cosas de la ciudad gracias a Brenda y su mamá, que nos mostraron la ciudad como locales.
Selfie en una roca de central park
Ahora si a lo que vine. Y qué tal Nueva York? La respuesta la doy siempre con un tono de duda y tal vez decepción. Es una ciudad bonita y muy grande, en la que claramente yo no sería capaz de vivir. Me siento agobiada con los edificios tan altos, con la gente siempre andando de afán y tampoco es que sea demasiado limpio en general. Si, las fotos son super bonitas y de verdad que uno pasa un tiempo genial, pero también hacía un frío increíble.
Me pareció super interesante la historia del arte callejero, cómo va migrando en la misma ciudad según se va volviendo popular. Resulta que si la gente va a ver el arte callejero, pues grandes marcas van a querer instalarse en ese lugar, haciendo que la renta aumente y los artistas tengan que migrar. Hoy en día se encuentra en Bushwick (Brooklyn) y se puede ver una clara diferencia entre lo que es graffitti (ilegal) y arte (legal).
una obra de la trascendencia del amor
También me gustó mucho la visita al museo de mar y aire Intrepid y el museo de historia natural, el central park es super bonito. El paseo en barco alrededor de Manhattan es espectacular. Y lo mejor de todo fue el Christmas Spectacular en Radio City! Otra cosa que pudimos hacer casi por suerte, porque de un día para otro encontramos entradas super baratas. Pero el Times square me agobiaba mucho con todas esas pantallas.
Manhattan desde el barco
La comida no me gustó mucho en general. No tienen nada auténtico y todo es muy grasoso y en cantidades exorbitantes. No tengo duda por qué los americanos tienen la fama de ser gordos. Las ensaladas son escasas, mientras que hamburguesas, pizzas, donuts y pastelitos si puedes encontrar en cualquier parte.
A todo eso le sumamos que es una ciudad muy cara. Para 7 días en Nueva York me gasté más o menos USD 550 (mi presupuesto habían sido 350, que es lo que gastaría en una ciudad europea promedio, además muchas actividades ya estaban pagadas desde antes). El hospedaje es muy caro también, afortunadamente me quedé donde Brenda, pero mis papás si tuvieron que pagar un montón de dinero por el hotel (solo 5 días).
Otra cosa, a los gringos les encanta poner los precios sin IVA! usted se imagina la sorpresa para pagar cualquier cosa y al final pagar más de lo que pone el precio? Terrible! Y para ajustar, las propinas son obligatoriamente voluntarias, y tienen que ser por lo menos del 15% de lo que consuma. Excepto si el grupo es de 6 o más: ahí toca dar propina de al menos 20%. Haciendo cuentas así medio ambiguas, para vivir en Nueva York, el salario mínimo (y eso compartiendo la casa con alguien) tiene que ser de USD 3000.
En conclusión: es una ciudad con muchas actividades (el gym de escalada es el mejor que he visto en mi vida), las vistas desde lejos son super bonitas, los parques y los museos me encantaron. Lo mejor de todo es compartir en familia porque los recuerdos son únicos.
Recomiendo visitarla, porque tal vez sea necesario verla una vez en la vida, pero si tengo que ir a vivir allí, yo lo pensaría dos veces porque es una ciudad que me hace sentir (aún más) pequeña.
Comentarios