Tres lunas

Me miraban con deseo, las tres al tiempo
y yo, entre sonrisas, no sabía qué hacer
la besé, las besé y miré en detalle su rostro
era una, pero a la vez tres

Sus ojos, oscuros, profundos y brillantes
su piel morena, como en la mañana el café
dulce como un durazno 
suave como la espuma del mar

Lentamente encendí su fuego
y con cada caricia vibraban de pasión
las distinguía a las tres
cada una con su manera de ser

Pero la magia no es eterna
aunque así lo hubiera querido
al despertar me sabía sola
rodeada del calor de su recuerdo 

Es tan tenue la diferencia
entre el día y la noche
la luz y la oscuridad
la mentira y la realidad

En mi día a día de tranquilidad
entiendo que esta luna no era falaz
y a las tres las sentí mías
en un sueño de lujuria fugaz

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