Nada
A veces cuando la lluvia cae, siento que en la negrura del cielo caben todos mis dolores y pesares. Y cuando ese aguacero no cesa, es porque pesa el tiempo y el espacio, y la negrura se vuelve nube, y la nube se vuelve sueño, y en el sueño eres un ave, y esa ave se va lejos, tan lejos que nunca vuelve. Yo grito "a dónde vas?" y no respondes. Y la lluvia se vuelve río, y el río se desborda y se acaban los árboles donde poderte posar. Y el río se vuelve mar. Yo nado y nado, y ya no te veo. Y el viento susurra: nada, Sara, nada! Yo nado, sin saber que el viento me decía que no hiciera nada. Y en cuanto más nado, menos entiendo dónde estoy. Dónde quedó mi ventana sobre la colina? Dónde quedó mi gato azul? Dónde quedó ese lugar donde te escuchaba hablar de todo y de nada. Estoy en la nada. Siento el peso de mis brazos y mis piernas, así que me vuelvo pez. Y me sumerjo en las profundidades de la nada para buscar respuestas, para buscar caminos, para buscar ...